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Autoevaluación

AUTOEVALUACIÓN Llegué a la materia sin muchas expectativas. No tenía ni idea de que se trataba ni quién era el profesor que la dictaba. Sin embargo, las primeras impresiones dicen mucho. La primera clase fue dinámica, entretenida, llamativa y el profesor irradiaba una vocación y un compromiso que pocas veces he visto en otro docente. Las clases fueron pasando, y a medida que avanzábamos , yo sentí que realmente estaba aprendiendo. Lo que nos decía Cobos no se quedaba en teoría, se traspasaba a la vida real, con los casos y experiencias que nos contaba.  Aquí, es importante resaltar el amor de Cobos por la enseñanza y, sobre todo,por su materia. Es un profesor que se convierte en un maestro, una persona que nos enseña y aprende de nosotros; alguien que escucha atentamente cuando le hablan (supongo que su trabajo se lo ha enseñado); un profesor que se entrega por completo al tema del que habla, que nos motiva a salir de nuestra zona de confort y a cuestionarnos.  Def

SEMANA 16

BITÁCORA CLASE 14 DE MAYO Tal vez, esta será la última bitácora que escribiré para Investigación Social. No puedo creer que el semestre esté llegando a su fin. Sin lugar a dudas, es un ciclo que pasará a la historia para los que lo vivimos porque nos enfrentamos al paso de la modalidad netamente presencial a la virtualidad. Además, tuvimos que asumir la carga académica, que se triplicó, la carga emocional, las implicaciones económicas y otros aspectos, que no nos facilitaron las cosas en los últimos meses. Me siento cansada. A veces me siento triste y abrumada. Hay días en los que la ansiedad se dispara, sobre todo, la última semana ha sido muy intensa. La entrega de proyectos finales me ha dejado pocas horas para dormir, los nervios de punta y la certeza de que el trabajo es aún más complicado al estudiar desde casa. Sin embargo, he intentado asumirlos con mucho compromiso y desarrollarlos con esfuerzo, porque no quiero afectar mi nivel académico. Así pues, hemos lle

Semana 15

BITÁCORA 07 DE MAYO Ya casi llega el final del semestre. La sensación es muy diferente a la de los anteriores periodos académicos. Cuando estamos en las últimas semanas de clase, generalmente, veo pasar a los estudiantes con ojos cansados, tomando café, con muchos libros en sus manos y en grandes grupos mientras repasan temas importantes de sus respectivas materias. Sin embargo, este final de semestre será muy desemejante. Ya no sentiremos ese aire pesado y cargado de estrés. Ahora, cada uno vivirá la época más difícil y pesada para los estudiantes universitarios desde la casa, sin la posibilidad de darle una palmada en el hombro al otro para que se calme y se anime. Definitivamente, nada es como antes, ni siquiera despertar. Tal vez, la ansiedad de las últimas semanas ha causado estragos en mí, razón por la cual ya no puedo dormir bien. Muchas veces, incluso antes de que suene la alarma ya estoy de pie. Ese fue el caso del jueves 7 de mayo. Me levanté a las 6:40 de la ma

Semana 14

BITÁCORA CLASE 30 DE ABRIL METAMODELOS Últimamente, los días se pasan muy rápido. Siento que el tiempo no me alcanza para hacer todo lo que tengo que hacer. Ya era jueves y estaba muy preocupada. Se suponía que ese día tendría la exposición que me habían asignado desde el inicio del semestre y temía que el internet no funcionará y no pudiera hablar. Sin embargo, nunca llegó nuestro momento de intervenir y el profesor nos dijo que la siguiente clase tendríamos el tiempo para exponer. Como todos los jueves, la clase de Investigación Social comenzó a las 7 en punto. El profesor, Cobos, como siempre, saludo animadamente a todos los estudiantes y con algunos mantuvo una conversación un poco más larga. Hablando con uno y con otro encontró un patrón: los estudiantes, a pesar de estar asistiendo a las clases virtuales, sienten la necesidad de asistir a clases presenciales. Fue curioso, para mí, notar que incluso en algo tan “normal” como preguntar por la adaptación a la nueva

Semana 12

BITÁCORA NÚMERO 10 CLASE DEL 16 DE ABRIL A pesar de que pensaba que con las clases virtuales siempre comenzaría mi bitácora de una forma similar, la vida me demuestra que siempre las cosas pueden cambiar. Esa mañana fue muy diferente a las anteriores. Desde la tarde del miércoles se había ido el internet en mi casa y ese inconveniente me impidió subir mi escrito al blog y posteriormente tuitearlo. La verdad, me fui a dormir muy preocupada porque no sabía qué haría si para el día siguiente no había internet. Incluso, y por mis antecedentes de ansiedad, no pude dormir bien esa noche.  Efectivamente, mis miedos se hicieron realidad. Me desperté a las 6 de la mañana, después de una muy mala noche, y comprobé que no había internet. Me impacienté mucho, me alteré, casi lloré, pero eso no solucionó nada. Eran casi las 6:30 y no había resuelto mi problema, así que recurrí a mi instinto, esa disposición psicofísica innata que incita al sujeto a actuar de una determinada forma frent

Semana 11

BITÁCORA 9 CLASE DEL 02 DE ABRIL DE 2020 Ya me voy acostumbrando a las clases virtuales aunque no me terminan de convencer. Siento que no aprendo del todo, me distraigo más de lo normal, la carga de trabajo es excesiva y las fallas del internet en mi casa no me ayudan a tomarlas de forma tranquila. El pasado jueves, me desperté de muy buen humor y con mucha actitud positiva para las dos clases que me esperaban, Investigación Social y Comunicación para el Desarrollo, ya que había llegado semana santa y podría, por fin, descansar. Comencé mi día a las 6:40 de la mañana, me levanté a tomar un café y luego volví a mi habitación para entrar a la clase. Me conecté a Microsoft Teams, entré al equipo de Investigación Social y me dispuse a atender a la clase. Para comenzar, el profesor nos saludó a cada uno, nos preguntó cómo estábamos y, con algunos, tuvo una conversación más profunda. Realmente, me sorprendió mucho que el profesor, Juan Cobos, nos dijera que se ha estado replant

Semana 10

BITACORA 8 CLASE DEL 26 DE MARZO Segundo jueves de clases virtuales. No puedo decir que ya me acostumbré, pero no se siente tan mal levantarse 10 minutos antes de las 7, encender el computador y esperar a que aparezca el aviso que me informa que ya empezó la reunión. Ese día mi único acompañante era un café que me ayudaba a sentir menos frío. Realmente, en el lugar donde vivo hace mucho frío y con el tiempo he decidido aceptarlo, más no me termino de acostumbrar. Veía la pantalla del computador y solo podía pensar en lo triste que es esto. Tal vez, en otras condiciones las clases así no hubiesen sido tan extrañas, pero con este ambiente de zozobra, nada parece animar a nadie. La notificación del inicio de la clase llegó y me uní inmediatamente. Últimamente, y de la mano con mi ansiedad, he desarrollado un impulso por entrar lo más pronto a las clases para que los profesores noten mi presencia y no me pongan falla. Creo que esta situación me está afectando los nervios